Toda marca debería nacer con un propósito social, más allá de los sueños o anhelos de quién la crea.
La marca debería crearse para ser algo que sirva al resto de la sociedad, y no solo para cumplir con los sueños o expectativas más individuales, si no como nuestra capacidad para poner lo mejor de nosotros a los demás.
Esto no solo beneficia a la comunidad y al entorno, sino que también fortalece la identidad y la conexión emocional que vamos a construir con nuestros clientes.
1. Autenticidad y conexión real con los clientes
Hoy en día, los consumidores no buscan solo productos de calidad; quieren apoyar a empresas que reflejen sus valores y se comprometan de forma real con la sociedad.
Una marca con un propósito claro y genuino puede establecer una conexión emocional profunda con sus clientes, creando una relación basada en la confianza y la lealtad.
2. Impacto positivo o reducción del impacto de la actividad
Las marcas con propósito tomarán decisiones con el fin de optimizar sus procesos para reducir su impacto en el medioambiente y en la sociedad, a través de prácticas sostenibles o iniciativas benéficas, estas empresas contribuyen activamente al bienestar general y al desarrollo sostenible.
Estas decisiones atraerán a consumidores conscientes que valoran y apoyan las acciones responsables, por lo tanto, estarán mejorando su reputación de marca, pero este debe ser un objetivo secundario que nazca de decidir hacer las cosas lo mejor posible por un beneficio global, no individual.
3. Atracción y Retención de Talento Comprometido
Las marcas con un propósito claro y significativo tienen una ventaja cuando se trata de atraer y retener talento. Las nuevas generaciones buscan empleos que les permitan crecer y expandirse, donde haya una comunicación abierta y transparencia en la toma de decisiones.
Que una empresa sea clara y transparente en sus valores potenciará la motivación, la satisfacción laboral y la retención de los empleados, creando una cultura corporativa positiva y productiva.
4. Diferenciación en un Mercado Saturado
En un mercado repleto de opciones, una marca con propósito se destaca fácilmente. El propósito no es solo un eslogan de marketing en el que se cambien las cosas a nivel de comunicación, pero no a nivel interno en la toma de decisión de las marcas (eso es caer en GreenWashing), sino un diferenciador auténtico que resuena con los consumidores y les da una razón adicional para elegir esa marca.
Este enfoque también inspira a los empleados y socios a alinearse con la misión de la empresa, fortaleciendo la cohesión y el compromiso interno.
Una marca que nace con un propósito hacia la sociedad y el entorno no solo se posicionará como líder de forma natural en el mercado, sino que estará contribuyendo con la ayuda activa al bienestar colectivo.
Este propósito debe ser un compromiso genuino y sostenido que se refleje en todas las acciones que lleve a cabo el negocio.
Es fundamental que las marcas tomen consciencia de que tener un propósito no es solo una opción, sino una responsabilidad.