Los usuarios cada vez optan más por hábitos saludables y respetuosos con el planeta y no se trata de una moda, si no de una tendencia hacia un cambio positivo en nuestros hábitos y costumbres, es decir, estamos tomando conciencia de la importancia de nuestras acciones diaria.
De forma que las prácticas y decisiones responsables que ayuden a un desarrollo sustentable ya no solo suponen un refuerzo de la reputación empresarial ante el consumidor, si no que no optar por ellas puede penalizar.
Un estudio de Forética revela que “Un 68,5% de los consumidores declara haber dejado de comprar un producto o servicio basándose en aspectos de RSE.” Además, según este informe “Tres de cada cuatro consumidores considera que la responsabilidad social de las empresas debe ser un elemento de gestión prioritario”.